viernes, 26 de febrero de 2010
Hoy he soñado, por primera vez, contigo. Por primera vez aparecías de verdad en uno de mis sueños y, no eras nada idílico, ni fantástico, no. Eras tú, simplemente tú, nada más. Aparecías, sí, y aparecías de espaldas, muy por encima de mí, altivo.
Y me he despertado y ya no he vuelto a pensar en ti, sólo en el sueño, nada más, sólo eso, el sueño.
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