lunes, 4 de enero de 2010
Fui capaz de seguir, de caminar, de mirar el cielo y decir "hoy es un día más", de soñar, de reir, de volver a ser quien fui, de sentir nervios como una chica normal, al ver a alguien pasar; de tirarme en cualquier lado a pensar, a escribir, a hablar... deje de ser la muerta, la preocupada, la nerviosa, la que sólo tenía un centro en su universo; volví a oler el dulce aroma de la libertad, de la felicidad, de deseo. Volvi a ser yo.
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