sábado, 26 de diciembre de 2009
Busco un norte en este mar de inquietudes, que golpean mis sienes. Busco los acordes olvidados en un rincón del cerebro, esos que me hacían sonreír. Busco la manera de ganarle de mano al destino solitario que se avecina. Busco respuestas, a mis oídos olvidados en espera de tus preguntas, y a mis ojos lagrimosos que ven como te fuiste de a poquito. Busco saber en qué precisa medida cometí yo las faltas, para no volverme a equivocar. Busco quien aprenda que compartir las penas es mucho más productivo, (ni que hablar de compartir las sonrisas) . Busco quien entienda que no me hacen falta grandes cosas, ni grandes cambios, sólo un poco de estabilidad. Busco entre las costillas los restos del corazón que no te llevaste, y que temeroso se ha escondido y no quiere salir. Busco entre mis carnes los recuerdos de un cuerpo que quise tanto, y que ahora lastimo, sin entender que no es él quien tiene la culpa. Busco quien necesite de mí, y yo a la vez de él, y así intercambiar necesidades y sabernos menos solos. Busco lo que no encuentro, y encuentro lo que no sé cómo tomar. Busco y rebusco donde sé que no obtendré respuesta, y las respuestas aparecen impensadas en otros lugares. Estamos desconectados.
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