martes, 17 de noviembre de 2009
Creo que hay momentos en los que te das cuenta de que las cosas se terminan y aunque te den un poco de nostalgia, pena y rabia al mismo tiempo, lo mejor es asumirlo. Supongo que es como cuando terminas de escribir un libro o un guión y pones el punto final. Piensas en que no quieres que se termine, pero tal vez lo mejor está por venir. De lo vivido últimamente rescato que el que no arriesga no gana; y muchas veces vale la pena sufrir y arriesgar aunque sea solo una milésima por algo lindo.
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