martes, 17 de noviembre de 2009
Lo entendí. Tú y yo no éramos uno. Éramos dos personas que creían que estaban destinadas a estar juntas, pero comprendí que no se puede ir en contra del destino...
Ayer tú eras mi felicidad, mi motivo de sonreir, de vivir, pero hoy sólo eres motivo de mis lágrimas, que brotan cada momento que pienso en tí y en los recuerdos que tenemos juntos.
Tengo que aprender a dejar de guardarte rencor y a comprender que éste era el descenlace que debió tener nuestra relación, y tal vez fue mejor así, porque ahora no hay motivos para volver a intentarlo, ya que ambos sabemos que volveremos a fracasar.
Sin embargo, te agradezco cada momento que me hiciste vivir, y por todas las cosas que aprendí a tu lado, no solo sobre el amor, sino sobre la vida... Espero que algún día, nos podamos encontrar y recordar esos dos años, dos meses y 4 días que compartimos juntos, y verte feliz, ya que no hay nada mas que desee con tanta fuerza que seas feliz.-
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