viernes, 18 de diciembre de 2009
Me siento mejor si sé que estás feliz, y en cuanto me dices lo mucho que me extrañas, que no puedes olvidarme, desmorono por fuera, y por dentro, por dentro siento la seguridad de saber que he hecho las cosas bien, pues dejé una marca mía en tu piel. A eso apunto siempre que caigo en esta puta trampa, de ver quién abandona primero. Yo, por mi parte, siempre salgo perdiendo. Y recibo algún mensaje furtivo de no haberme salido de ti, entonces te digo que me debes olvidar, y cuando escucho tu susurro decir que no puedes. Lloro por fuera, trato de mostrarte lo mala que soy, pero por dentro sé que más te gusta, que eso te enamoró, que mi estúpida necesidad te conquistó. Y lo único que consigo es que me quieras más, más, siempre que me veas, un poco más. Y pone mal, me bardea no sentirme pésima por haberte hecho cagar, por escapar de mis tesoros más rápido de lo que los encuentro. Me saca no ser constante, y querer escapar cada vez que pronuncian la palabra compromiso. Me pone mal, saber que sólo con él quiero una relación, sólo con él quiero formalidades, quiero paseos de la mano, sólo con él mañanas y noches, sólo con él esa palabra me hace sentir bien. Me desequilibra que no pueda ser con vos, porque siempre termino entendiendo lo mucho que me querías.
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