lunes, 2 de noviembre de 2009
La Juventud lo embellece todo, incluso la desgracia. Fascina, mientras puede sacar las lágrimas, a medida que corren por sus mejillas, con los bucles de una melena morena.
Pero la vejez afea hasta la felicidad; en la desventura, es aún peor; unos pocos cabellos blancos en la calva cabeza de un hombre no son lo bastante largos para poder secar las lágrimas que caen de sus ojos...
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