sábado, 27 de febrero de 2010
El éxito es una meta que sobrepasa los sentimientos, muchas veces influenciado por personas capaces de arriesgarlo todo por conseguirlo. La gente tiene una especie de adicción-obsesión compulsiva por mantener una línea de actos correctos, pero, ¿qué hay de malo en equivocarse?. Sería ingénuo, aburrido, inútil ser completamente perfecto, porque no habría nada que te hiciera único. Nosotros, cada uno, se distingue por poseer sus propias cualidades, aquellas que le hacen distinto del resto. Los gustos, aficciones, físico.. son algunos de los factores que repercuten en uno mismo, creando así la personalidad que hoy día nos representa. Hay personas que no están de acuerdo en nuestra manera de pensar y/o actúar, pero eso no implica no respetarla. Creo que por encima de los gustos, pensamientos... y muchas cosas más está el respeto. Porque sin respeto no somos nadie, y sin él lo único que conseguimos es que tampoco lo sean los demás.
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