sábado, 27 de febrero de 2010
Los errores son realidades que forman parte de cada ser humano. ¿Quién no se equivoca?, ¿quién no se siente arrepiente de sus actos? Hay momentos en los que creemos ver una solución clara, y actuamos, pero pasado el tiempo nos paramos a pensar en aquel momento, y a preguntarnos qué habría pasado si hubiera sido diferente. Los actos son consecuencias de muchos problemas, pero también son las causas de nuestro destino personal. Es cierto que muchas veces evitamos pensar, o simplemente no lo hacemos, en la cantidad de cosas que pueden ocurrir, pero la vida es así, impredecible, incontrolable. Al igual que nuestra mente. En ella se haya todo cuánto hace falta para saber, para reaccionar, para autodefinir nuestros objetivos. Qué curioso, ¿no?, si en el fondo lo piensas te das cuenta de que todo forma una cadena de la cuál es imposible la dependencia. Cada pequeña parte de nosotros está cohexionada a nuestro cuerpo, y aunque insignificante parezca, nada sería lo mismo sin ella. Lo mismo pasa con todo lo demás; los sentimientos, el sufrimiento, los pensamientos, la felicidad, el destino... todo aquello que unido tiene por nombre vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario