sábado, 27 de febrero de 2010
Imaginémonos un mundo dónde no haya guerra, dónde solo reine la paz. Imaginémonos un lugar dónde el cielo pinte destellos de esperanza y los transporta el una cálida brisa. Imaginémonos un océano repleto de sueños, extasiados por las olas que lo envuelven. Imaginémonos una palabra suficientemente capaz de expresar el deseo con que lo ansiamos, una palabra realista que refleje todo aquello que debería cambiar. Imaginémonos un 'sí' en vez de un 'no', y una posible solución en vez de una terrible lamentación.
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