jueves, 15 de octubre de 2009
Aunque reír es arriesgarse a parecer un tonto. Aunque llorar es arriesgarse a parecer sentimental. Aunque acercarse a alguien es arriesgarse a involucrarse. Aunque mostrar tus sentimientos es arriesgar tu yo interior. Aunque exponer tus ideas o tus sueños a una multitud es arriesgarse a perderlos. Aunque amar es arriesgarse a no ser amado de la misma manera. Aunque vivir es arriesgarse a morir. Aunque desear es arriesgarse a ser defraudado. Aunque intentar es arriesgarse a fallar. A pesar de todo, debes arriesgarte. Debes correr los riesgos simplemente porque el más grande de los peligros de la vida es no arriesgarse. Las personas que no arriesgan nada o nunca tienen nada, no hacen nada. Tal vez podrán evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no logran aprender, sentir, cambiar, crecer o vivir. Prisioneros de sus temores, son esclavos que han renunciado a su libertad, pues sólo cuando una persona se arriesga, es libre. Los pesimistas se quejan del viento; los optimistas esperan confiadamente que los vientos cambien de dirección y los realistas, ajustan sus velas en la dirección correcta. Arriésgate. Es cierto, que puedes perder. Pero, has pensado en lo que puedes ganar?
A las pocas horas de conocerte, ya me habías hecho sentir algo de eso. A la segunda charla, ya me habías robado un te quiero. Al otro día me di cuenta, que era algo diferente. A los dos días, pensé, pensé y pensé en vos. A los tres días, ya eras alguien especial. A los cuatro días, te necesitaba. A los cinco días, moría de ansiedad por verte. A los seis días, eras el único capaz de hacerme sonreír. A los siete días, me robaste la primera lágrima. Hoy, meses después, me robaste un te amo. Hoy, me seguís demostrando que sos diferente. Hoy, no puedo dejar de pensar en vos. Hoy, sos la persona más especial de mi vida. Hoy, te necesito para vivir. Hoy, me muero de ansiedad por verte. Hoy, me sacas una sonrisa con solo una mirada. Hoy, me robaste más lágrimas que nadie.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)