domingo, 20 de diciembre de 2009


Me importa una mierda lo que te pase, porque a vos te importó una mierda lo que me pasaba a mí. Te importó una mierda que yo confiara en vos, te importó una mierda lo que yo sentía por vos. Te importó una mierda cagarme. Así que ahora ya está. Yo no tengo nada más que hablar con vos ni me interesa lo que tengas para decirme porque esas palabras salidas de tu boca no las creo, no me sirven, no me llenan, no significan nada ... No valen nada. O mejor dicho, valen lo mismo que vos ... Menos que la nada misma. Mientras hablaba con él y le decía todo esto, pensaba: Este hijo de puta me llama para cagarme la vida justo en este momento de debilidad cuando me siento tan mal y tengo tantas cosas dando vueltas en la cabeza y también pensaba que cuando cortara el teléfono me iba a sentir peor. Pero no. No fue así. No se porqué y no quiero averiguarlo, pero me siento mejor, me siento como más liviana y sobre todo siento que ese nudo en la garganta de angustia y ese malestar en medio del pecho ya no están, y me siento mejor. Siento un alivio. Ya no lloro más. No me interesa el pelotudo ese, y todo lo que no me haga bien. Yo no quiero sufrir más, no quiero estar mal, no quiero sentir dolor, no quiero estar angustiada, no quiero ese nudo en la garganta, no quiero el dolor en el pecho, no quiero ese vacío en mi corazón.

Hay momentos en la vida en los cuales sólo nos resta decir gracias, gracias por haberte conocido, gracias por permitirme quererte, gracias por estar, gracias por ayudarme a ser quien soy, gracias por dar sentido a mis días, por darme un mundo de ilusión, gracias por hacerme tan feliz, por hacerme mejor, gracias por hacerme libre, por ayudarme a soñar, gracias simplemente por existir. Pero hay ocasiones en las que después de dar gracias, es necesario decir adiós, decirlo con los labios, pero también con el corazón, no pensar que puede ser un hasta luego, no desear que lo sea, porque en esos instantes puedes ver que no lo será, que es un adiós verdadero. Y cuando ese momento ha llegado, no hay más que hacer, sólo decir gracias y adiós, aunque en esa frase se te vaya la vida, se te vaya el amor.

· Se acabó tu juego, se acabó el partido, conmigo no jugarás nunca más. La próxima vez mové mejor las fichas, borrá mejor tu pasado, y no hagas dos mismas promesas a dos personas que sin querer se pueden sentar al lado. No escondas el polvo debajo de la alfombra que me considero curiosa y lo voy a destapar, y cuando vea tus mentiras acumuladas, con evidencias en las manos no podrás escapar.

Me conmovieron los ojos de ella porque en vez de comprenderla me sentí comprendida. Yo me sentía igual, como si tuviera las mismas primaveras encima y toda experiencia que haya tenido o cuanta lección haya aprendido en ese exacto momento no servían de nada. Ella esta sentada, frente a su escritorio antiguo pero armonioso aún y está por demás aferrada a un hombre que yo también hubiera sentido si no hubiera decidido dejarla sola. Las palabras que escuché de su boca me movieron el cielo y la tierra. Se notaba que no aguantaba más de tanto amor, que le cortaba el aliento. Estaba triste, me lo contaron sus ojos. Y no me costó mucho deducir que hacía un millón de lunas que lo esperaba, por más vacías que éstas parecieran. Escribo en su lugar porque está devastada, no quiere cerrar los ojos, me explica que su realidad es infinitamente gris por intentar decirlo de alguna forma, no quiere comer y me pregunta constantemente que pasará ahora. Me duele en el alma no poder darle una respuesta certera y me pide un cigarrillo y otra canción. Piensa que el hombre que la alumbra no la tiene en cuenta y desea fervientemente que la esté pensando como ella lo esta haciendo. Lo desea, es cierto, pero yo le explico que tendrá que esperar. Le agrego a mis habladurías un tiempo al tiempo y dejo que fume tranquila. Me inspira melancolía, porque veo sus ojos y no están acá, no puede concentrarse en nada concreto, no escucha, ni siquiera guarda la invencible manía de morder sus uñas. La miro nuevamente y sigue estando ida, volada en algún lugar que conozco pero donde no me atrevo a acompañarla. Esta con él, puedo sentirlo y supongo que de alguna extraña manera él también la recuerda a ella. Quizás viva una eternidad en el pasado. Por mi parte, tengo un único sueño, verlos juntos una vez más. La veo y sé lo que piensa, como si fuera yo misma la que estuviera sintiendo. Se sabe la única culpable de su presente, ya que nadie la obligo a sentir algo tan profundo. Imagino su pasado y noto un gran cambio, su sonrisa no es la misma, ahora es sólo un disfraz. Nadie la va a entender, por eso ya no habla del tema, además es conciente de que no tiene solución, o mejor dicho depende de una persona que no está dispuesta a solucionarlo. Está más que claro que ya no es la misma, y sospecho que jamás volverá a serlo, en principio porque a pesar de sus escasos años creció y obviamente va a seguir creciendo, pero por sobre todas las cosas por ese amor que la marcó, que le quitó las ganas de creer y de querer, ya no piensa que el amor es tan bonito como lo describen las típicas tarjetas de los subtes. Pero sabe que si él estuviera con ella, ese amor movería montañas. Es imposible bajar del cielo a donde él nos hizo llegar.

Hay días malos, donde el amanecer a pesar de ser maravilloso, se ve gris. Y odio que se sepa de mis días malos, no son los que quiero que se conozcan. ¿Qué diablos pasa con mis días buenos? Si son muchos, ¿por qué no aparecen cuando más los necesito? En los días malos hay un cúmulo de cosas negativas que se acumulan y empiezas a recordar todos esos momentos infelices de tu vida, siempre son muchos, y quien no tenga esta mala suerte, le aplaudo.

· Hay veces en las que se nos cruza en el camino la persona equivocada, esa que nunca nos supo valorar como debía y que nos hizo sufrir. Ese sufrimiento nos causa mucho más que dolor, ya que también nos deja mucho miedo, desconfianza en sí mismo y, por sobre todo, en el otro.

Pero, de repente, un día te das cuenta. Te das cuenta de que ya no pensás tanto en el otro. Te das cuenta que ya no lo buscás más. Te das cuenta de que ya no está y que no esperás que vuelva, porque, de alguna forma, ya está. Y ahí, sólo te queda recordar las cosas buenas, olvidar las cosas malas, y seguir adelante. Porque siempre hay un adelante por el que seguir. El tema no está en olvidar, está en aceptar la ausencia del otro, el vacío que deja alguien cuando se va, y aceptar que ya no puede seguir ocupando el lugar que antes sí. Y esperar que, algún día, otra persona vuelva a llenarnos, probablemente de otra forma, desde otro lugar, distinto.

No sabía realmente qué era lo que pasaba, pero podía distinguir claramente su existencia, poner los pies sobre la tierra, dejar de pensar en amores pasados y centrarme en la realidad que él me daba.

Si entre sonrisas no te das cuenta lo feliz que me hace que me toques y me tiemblen las manos; si no te das cuenta que de reojo te miro y si me miras me invade la vergüenza, y es ahí cuando me doy cuenta de que te quiero, y en demasía; y no es que quiera quererte menos. Te quiero lo necesario, pero no sé si lo justo. Te quiero y no me canso de repetirlo. Si entre sonrisas no te das cuenta de lo feliz que me hace tenerte al lado, querer dormir mientras me acaricias; si no te das cuenta de que me encanta saber que sólo con estar ahí cambias mi humor, te lo podría decir cuantas veces sea necesario, de las formas y combinaciones que quieras, si es esa la manera correcta para sacarte de los labios un yo también.

Disfrutá cada segundo. Dejá de preocuparte por lo que los demás piensen de vos, sólo es envidia o falta de personalidad. No critiques, hacé la tuya. Viví tu vida y dejá que los demás vivan la suya, es demasiado corta para perder tiempo con cosas sin sentido. No pelees por cosas absurdas, no sirve la gente que te intenta cambiar, los verdaderos amigos te aceptan tal cual sos, porque al fin y al cabo, todos tenemos defectos. Reíte, reíte mucho, es lo más lindo que hay. Dejá de preocuparte por la ropa, te encanta la moda pero no hay nada que esta pueda cambiar en tu personalidad. Soñá mucho, todo es posible con un poco de esfuerzo, sólo hay que intentar. Arriésgate a probar cosas nuevas.

Tal vez en muchas ocasiones, cuando algo se termina, uno se queda con la sensación de que hay algo más por hacer, que quizás todavía nos quedan algunas cosas que salvar o rescatar. Añoramos tanto eso que vivimos que queremos que no concluya. Buscamos las mil formas, pensamos constantemente, creamos mil salidas hasta que por fin un día nos damos cuenta de que realmente esa etapa o esa relación o eso que deseamos se terminó. Y nos invade la sensación de dolor, ese dolor intenso que te llega al medio del alma, que nos pide a gritos al oído que des vuelta la página, que sigas con tu vida porque así no podes más. Hacemos nuestro duelo; ese período en el que no encontrás el rumbo de tu vida, te sentís perdida, sin salida, en lo único que podes pensar es en lo que podrías haber hecho y no hiciste para retener ese pasado. Y nos invaden las culpas, pensando, podría haber sido diferente si no hubiese hecho esto. Pero, ¿de qué nos sirve la culpa? El pasado no se puede cambiar, lo hecho ... Hecho está y no hay nada más que hacer, más que tratar de no hacerlo una próxima vez. Y así es como cerramos un capítulo más de nuestra historia, cerramos la puerta de una memoria y nos aferramos a la idea de que otra posibilidad u otra oportunidad se abrirá para nosotros.

Estar sola era darme la chance de descubrir quién era en realidad, de reconciliarme conmigo misma, de diagnosticar mis pequeñas verdades, y descartar para siempre las grandes mentiras con las que a veces nos sentimos tan cómodos.

Palabras. Sólo palabras. A veces, crueles puñaladas, otras, dulces baladas. A veces, promesas inválidas, otras, engaños por la espalda. Palabras. Sencillamente palabras. Que te reponen el corazón o te destrozan el alma. Que te perforan, que te alientan, que te ayudan, o te rebelan. Palabras. Simplemente palabras. Que dominan y seducen la sociedad humana.


· Feliz porque sé que la vida tiene algo, escondido, esperándome a la vuelta de la esquina. Porque sé que va a aparecer esa persona que me va a mover el piso y me va a transmitir el para siempre que todavía no llegó.

Sonreí, mostrate feliz, sino todos te pasan por encima. Reíte, disfrutá, no tenés la edad suficiente como para permitir aburrirte. Conocé, investiga todo, no les des el gusto a los demás de conformarte con escuchar sus propias experiencias. Equivocate, caete mil veces en el mismo lugar, date el permiso de descubrir el mundo vos solo. Ayudá, escuchá a los demás, no sabés cuando vas a ser vos el que necesites un consejo. Pensá, entendé, pero no le tengas miedo a los impulsos. Excedé, sobrepasá, viví cada minuto con tus propias reglas. Corré, liberate, no te ates a nada irrelevante ni a nadie que no lo merezca. Soltate, gritá, no te averguences de mostrar quién sos. Viví y dejá vivir, nunca te olvides que no estás por encima de nadie. Cuidate, querete mucho, si no lo hacés vos, no lo va a hacer nadie. Enamorate, amá, permitite conocerte a través de alguien más. Sé optimista.

Eliminamos de todos lados el nombrecito de aquel que nos partió el alma y aun así en el momento menos pensado nos lo encontramos. Siempre en el momento más inoportuno. Nunca el día que lo pensábamos. Tal vez ese día estábamos contentas, con un sonrisa, hablando con aquella persona que después de él, por primera vez, te empezó a gustar y de repente ves esa cara. La de quien te hizo experimentar cosas tan grandes que te quedaron grabadas adentro y que querés sacar a la fuerza porque llegó un momento en que te diste cuenta que ya basta. Sí, hablo de esa persona. La última que esperas encontrarte. Esta ahí, paseándose adelante tuyo con total impunidad. ¿Y nosotras? Nosotras nos ponemos nerviosas. Nos olvidamos de lo que estábamos haciendo y solo queremos salir de ahí, llegar a nuestras casas y olvidarnos del momento que acabamos de pasar. Pero también por otro lado, aparecen las ganas de saludarlo y hasta te acordás de la complicidad que tenias, que ya no existe, y pensas en pellizcarlo de atrás para molestarlo y quizás también hasta tenés ganas de abrazarlo y contarle las novedades de tu vida actual. Pero sólo es un momento. Porque después frenás, pensás, y te das cuenta que ya no forma más parte de tu camino y sacás la conclusión de que sólo esta casualidad es una jugarreta del destino que se ríe un poco de nosotros o por lo menos que se ríe un poco de mí.

Me da lo que necesito: Un llamado, un mensaje de texto, unas palabras sin sentido o una patada en los testículos, en caso de que tuviera un par. ¿Lo que necesito? Me da lo que quiere darme, sabiendo que voy a aceptar cualquier limosna que venga del rey que le hice creer que es. Y entonces desaparece, y lo necesito y no está, y no vuelve.

Que ingenua puede ser la gente cuando cree que esas personas especiales que aparecen, porque siempre aparecen en algún momento de la vida, puedan ser olvidadas como si nada. Que tarados que somos algunos cuando decimos adiós sin querer decirlo. Que arrepentidas que vuelven las personas a buscar a estos afectos que quizás lastimamos sin querer hacerlo. Que increíble el hecho de que alguien pueda llegar a tomar tanta importancia en nuestra vida, a tal punto de formar parte de uno mismo. Entraste a mi vida, cuando más te necesitaba, apareciste y dejaste huellas que me marcaron. Logramos construir algo sano y sincero. Sin sobresaltos, y con sorpresas llenas de alegrías que fueron nuestra compañía. Hoy te extraño más que nunca, porque sé que sos vos quien me hizo más feliz y quien hacía que me duerma tranquila, sabiendo que mañana iba a ser un gran día.

Despues de ti no hay nada MAS

Despues de ti no hay nada MAS

Cuando pienso que el mundo es frio, triste y cruel, aparece alguien como vos y arruina todo GRACIAS!

Empezaron a atormentarme una serie de reflexiones que no se me habian ocurrido antes

Empezaron a atormentarme una serie de reflexiones que no se me habian ocurrido antes
no sabia que me proponia a herirlo tan despiadadamente

Esta actitud puede parecer una locura, pero se verá hasta que punto estuvo justificada...

Esta actitud puede parecer una locura, pero se verá hasta que punto estuvo justificada...
Tambien el parecia estar solo

No pasa nada, estoy mas normal que nunca y SIEMPRE escucho esta cancion

No pasa nada, estoy mas normal que nunca y  SIEMPRE escucho esta cancion
El amor es como las plantas, necesita agua, luz, y muchos cuidados

Hablas y no te escuchas, deberias aprender que esto no se basa de pretextos

Hablas y no te escuchas, deberias aprender que esto no se basa de pretextos
Es que no existe modo de perderme en tus silencios cuando callas ese te quiero

Y llegaste tu y me has inundado mi alma de tranquilidad

Y llegaste tu y me has inundado mi alma de tranquilidad
Me has llenado el corazon de vida

Si te sientes perdido con tus ojos no has de ver, hazlo con tu alma y encontraras la calma

Si te sientes perdido con tus ojos no has de ver, hazlo con tu alma y encontraras la calma
Siento del viento celos por acariciar tu cara cada mañana