lunes, 21 de diciembre de 2009


Por suerte, los duelos de la vida tienen su fin. Se terminan amores, relaciones. Se cierran etapas. Procesos que parecen eterno sufrimiento, melancolía y dolor un día cualquiera encuentran su punto final. Uno elige: ¿seguir o cambiar? Así, de repente. Simplemente pasa.

Ya no te busco. Ya no me doy vuelta para ver si estás. Ya no te leo. Ya no te espío. Ya no te googleo, ni te busco en internet. Ya no escucho el compilado de nuestras canciones y lloro, sino que te recuerdo con una sonrisa y nostalgia, como algo lindo que pasó y dejó esto, que no sé que es, pero lo vivo y aprendo. ¿Y cuánto tiempo pasó ya? Mucho, no? Te juro que muchas veces me pregunto si pensás en mí tanto como yo en vos. Todo pasa por algo. Siempre pensé así. Entonces supongo que lo que no pasa también tiene sus motivos, no?

Me gusta mucho que me escuchés, porque vos me escuchaste como nadie, me gusta mucho que la pasemos bien y que nos riamos juntos, porque me encanta verte sonreír, y que te diviertas. No quiero perderte, me niego rotundamente a perderte, pero si vamos a sufrir, porque no nos vemos o porque no podemos estar juntos, esto deja de ser divertido y pasa a ser doloroso, y a mí el dolor no me gusta para nada.

Miedo a no saber qué decirte, miedo a no saber cómo expresarlo, miedo a que no me escuches, miedo a que no me entiendas, miedo a que me malinterpretes, miedo a no saber decidir, miedo a dar la cara, miedo a meter la pata, miedo a no saber valorar lo que tengo, miedo al fracaso, miedo a la mediocridad, miedo a la irresponsabilidad, miedo a la ignorancia, miedo a tener que huír, miedo a las cadenas, miedo a los prejuicios, miedo al racismo, miedo a la violencia, miedo al dinero, miedo al poder, miedo a la guerra, miedo a mis sentimientos, miedo a que me hagas daño, miedo a que no me perdones, miedo a no quererte, miedo a que no me quieras, miedo de no atreverme a demostrarte mi cariño, miedo a que me mientas, miedo a perderme, miedo a perderte, miedo a dormir demasiado, miedo a querer dormir para siempre, miedo a no poder controlar mis emociones, miedo a tener que olvidar, miedo a enamorarme de la persona incorrecta, miedo a sufrir, miedo a dejarme llevar, miedo a que sea demasiado tarde para pedir disculpas, miedo a que me rechaces, miedo a hundirme, miedo a que no me eches una mano, miedo a que me ignores, miedo a envidiarte, miedo a tener celos, miedo a destruir, miedo a decepcionarte, miedo a pasarme de la raya, miedo a la timidez, miedo a las personas, miedo a mí misma.

Existen momentos en la vida en los que parece que nada merece la pena, en los que tu pasado ya no es ni eso, tu pasado simplemente ha desaparecido, al igual que las personas con quienes lo has compartido. Existen momentos en los que tu futuro está demasiado presente, en los que hay tantas ganas como miedo. Existen momentos que son cruciales y momentos que a simple vista no valen nada. Y es con el paso del tiempo, cuando te das cuenta de lo que valieron.

Los días se atropellan y pasan sin avisar, los meses expiran sin darnos cuenta de qué nos decían. Y es que hay días que les robamos el protagonismo, que los relegamos a no ser más que 24 horas sucesivas, con el tic tac del reloj quedamos hipnotizados y se nos escapan las ganas y las fuerzas para hacer de ese día algo más que la sucesión infinita de segundos. Mirando al calendario, pensé: Qué triste la vida de los días, a tan sólo 24 horas se reduce su existencia, al doble paso de las agujas del reloj. Sin embargo, pensé, hay días que se hacen eternos, que parecen no tener fin. Y otros a los que parece que les han robado horas, que les han arrebatado la mitad de la vida y te quedas con ganas de más. Sabiendo que, a pesar de que le sucederá otro día, nada será comparable con el anterior. Hay días felices, días tristes, días en los que es mejor no haberse levantado y días en los que parece que todo el mundo se ha vestido con su mejor sonrisa. Días que quedarán grabados a fuego, y días que carecen de sentido.


· Qué intenso es el sentimiento que aún sabiendo el daño que te hace, no puedes desligarte de él. No quieres desprenderte de su dolor, porque intuyes que su ausencia será mucho peor. Qué difícil cuando tu mente dirige tu razón hacia la distancia y tu corazón gana el pulso.

A veces, nos empeñamos en luchar contra imposibles, en querer que todo suceda como queremos, y no somos capaces de aceptar que nosotros no movemos los hilos de la vida, que hay cosas que no dependen de nuestros deseos. Los años te dan esa calma serena para poder afrontar lo que se te va presentando en el camino. No es resignación, es aceptación. Hay veces que luchar contra un imposible, además de resultar inútil, puede hacernos mucho más daño que el hecho en cuestión.

Quiero decirte todo lo que te quiero. Quiero que caminemos juntos de la mano, quiero que todo vuelva a ser lo que nunca llegamos a ser. Estoy arrepentida de cierto modo de haberte lastimado, digo de cierto modo porque vos y la vida ya me devolvieron lo que me merecía. Ya me hicieron sentir pobre, vacía, desdichada. No hay peor sentimiento que el desamor, y hace días que no me lo puedo sacar de encima ... Me pesa tanto, me susurra tu nombre. Hace días que lo único que sé es que, no hay amargura que tus besos no puedan sanar. Te extraño tanto cuando no estás.

De repente un día es mucho tiempo. De repente quiero detener las horas, parar todos los relojes del mundo cuando estás a mi lado y más tarde anhelo que vayan de prisa para volverte a ver, para volverte a sentir y con mis oídos sordos escuchar el festival de las maravillosas y dulces palabras que tienes guardadas para mí. De repente no me importa nada más que TU, los problemas y el mundo exterior son insignificantes para mí, pues mi cabeza sólo piensa en el próximo encuentro y en como responderé esas preguntas, sin respuestas aparentes, que me dejan muda y al mismo tiempo despiertan mis ansias de decir sin reparo lo que debería callar, lo que tú quieres oír.

En realidad, tengo días que me siento mucho mejor. Siempre me pasa, siento que me estan por consumir los nervios, mis emociones estan hechas una montaña rusa, tengo insomnio, estoy completamente sumergida en la psicosis de la masa y de repente, relax. Me dí cuenta que todo lo que necesito es tiempo, tiempo y después me acomodo. Y que con cada desequilibrio me hago más y más fuerte, hoy soy tan fuerte que puedo soportar el doble de sufrimiento que ayer, hoy soy tanto mas fuerte que, puedo sonreir sin presiones en el pecho, ni agujeros vacíos que llenar en el alma.

Siento que ya no te aguanto. Que cada palabra que me dedicás me hiere más. Se me clavan puñales atravesando mi alma cada vez que me mirás. Observo que ya no te duele dañarme. Te veo fuerte y poderoso ante esta situación que me empequeñece. Vos que te crecés ante el momento más tenso para mí. Te falta valor para mirarme a los ojos y verme llorar. Y no te creo cuando decís que me añorás cuando me alejo de vos. ¡Ya no te aguanto! Quiero odiarte y no puedo. No te aguanto, porque no soporto tus circunstancias. Puedo echarte en cara mucho sufrimiento. Y a su vez, estarte infinitamente agradecida. Pero ahora, ahora quiero que me dejés marchar. Sé que ninguno de los dos se va a olvidar. Y no lo dudes, me dejaste escapar. Ya no estaré para llenar ese vacío. Ahora no está en mis manos ni en mis planes hacerte soñar. Dejemos las cosas como están. Llevate de mí el recuerdo de la nobleza y la bondad. No me quiero enojar, pero no te aguanto más.

Es increíble como cuando cierras un capítulo de tu vida y puedes leer la historia desde afuera sin sentirte tú la protagonista, te das cuenta de tantas y tantas cosas que hubieras cambiado, otras que hubieras hecho y muchas más que hubieras dejado de hacer (estas últimas las de mayor cantidad), ahora es tarde, tarde para borrar los malos tragos, tantas lágrimas derramadas sin merecer, tantos preparativos, ilusiones, tantas expectativas expuestas en una sola cosa, pero ... ahora es el momento en el que puedo decir que ya no estoy, por mucho que el mundo gire no lo estaré nunca más. Pues esta vez el libro se cerró, y no sólo está cerrado sino que también lo he guardado en un rincón oscuro de donde nunca nadie lo debió sacar, cerrado, como siempre debió estar.

No sé como explicar lo que siento cuando estoy con él, es una sensación rara que no había tenido nunca con nadie, una sensación de calma, de bienestar, de protección, porque en cuanto tengo un problema ahí está él, en cuanto necesito un favor es el primero, es sentir que no te va a pedir más si tu no quieres, que una cena puede terminar en una sesión de caricias y abrazos sin terminar donde todos quieren terminar, es sentirse admirada, mimada, cuidada, como si fuera una muñeca que en cualquier momento pudiera partirse en dos, y yo tengo el privilegio de ser su muñeca.

Especial. Es la palabra con que me gusta describirlo. La palabra que por lo general, utilizo cuando algo me resulta indefinible, indescifrable, fuera de lo normal o de lo que estoy normalmente acostumbrada. Lo cierto es que "especial" no quiere decir absolutamente nada, y si es hora de sincerarnos y admitir de una vez por todas lo que me pasa, quiere decir que sos todo. "Especial" radica en la necesidad de ponerle un nombre a lo desconocido y en el hecho de que me cuesta entender todas y cada una de tus putas actitudes. "Especial" significa, en mi mundo, mi lenguaje, mi idioma: no me quiere, me ama, está loco, es lo más cuerdo que existe, me persigue, se aleja, me extraña, me venera, me odia, se burla de mí, soy lo único que tiene, tiene todo y tiene tantas. Y está tan vacío y solo, que no tiene nada. Y él, que es tan "especial", tiene la más maravillosa habilidad de hacerme SER. Soy, por sus maniobras soy, existo. Me siento humana, porque él me hace serlo. Hermosa, cuando me mira, la más hermosa de todas. Repugnante, cuando mira también. Cuando mira a cuanta mujer se le cruce y frente a mis narices. Inteligente, cuando intento descifrarlo. Cerebral, decodificando cada gesto, cada movimiento, estando alerta a los nuevos cambios en su personalidad, cambios frecuentes y desesperantes. Y salgo del trance cerebral para sentir. Me hace sentir, y ésta sí que es la mayor influencia que genera sobre mi persona. Y me vuelvo estúpida, manipulada, muy lejos de ser por momentos esa persona inteligente que creía ser, ni nada que se le parezca. Y mi centro, mi vida, mi objetivo, mi razón, mis pilares ... todo declina, todo se va, se esfuma. ¿Qué pasa? No pasa nada. Respuesta no acertada. Sí pasa. Pasa que tan persona, tan ser humano que me hiciste, que soy propensa a equivocarme, y me equivoqué. Siempre así, cometo errores, muchísimos, repetidos y frustrantes. Pero vos ... vos seguís siendo, indiscutiblemente, un ser ESPECIAL.

Durante un tiempo indeterminado las personas que formaron parte de tu vida y que por equis motivo se tuvieron que ir deberían desaparecer de la tierra. Esfumarse. Hacerse humo. Borrón y cuenta nueva. Olvidarse en el olvido. Debería existir un continente a donde mandarlos o, en su defecto, prohibirles la entrada a todos los lugares públicos a los que uno puede llegar a ir. No puede ser que cuando uno está, paso a paso, superando el proceso incómodo de dejar atrás aquello que te importó y mucho, aparecen como si nada con un carrito de supermercado o incluso en el auto de al lado esperando a que cambie el semáforo. ¿Acaso me están haciendo un chiste? ¿No entendieron nada?

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo. No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti. No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas. Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz. No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides. No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes actuar, pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer. No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo. No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo. En estos días pensé en mis amigos y amigas, entre ellos, apareciste tú. No estabas arriba, ni abajo ni en medio. No encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final. Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista. Basta que me quieras como amigo.

Él, con solo mirarlo, hace que lo entienda todo, él entiende todas mis miradas, y yo podría pasar todos los días por el resto de mi vida, mirándolo, a él y su sonrisa, esa sonrisa, no muchas veces refleja felicidad, no muchas veces demuestra admiración, sin embargo podría pasar horas, solo contemplando su sonrisa. Es tan especial, tanto él, como su mirada y su sonrisa, porque cuando él me mira a los ojos el resto del mundo desaparece, no hay nadie más, solo él y yo; Y esos son los momentos que más disfruto, cuando estamos solo él, solo yo, solo nosotros. Es lo mejor, porque estamos tranquilos, no hay por qué preocuparnos, cuando estoy con él desaparecen todos los problemas, él desarma cada uno de mis esquemas, quedándose solo conmigo, con él puedo ser y hacerlo todo. Ser yo misma. Así cuando estamos solo nosotros, no hay momento que desee más, porque podemos estar en silencio, y no hay nada que decir, porque lo sabemos todo, y no hay que demostrarle a nadie quienes somos y cuanto nos queremos, no hay que pensar en nada más que en nosotros. Y me alegra tenerlo a él, su mirada, su sonrisa, lo que él es cuando está conmigo, y es tan especial, porque nadie más puede verlo, nadie más es testigo de lo que somos, cuando solo somos nosotros, por eso es tan único y lo quiero tanto. Y no espero nada más de él, ni él espera nada más de mí, anhelo tanto ese silencio, sin palabras, sin discusiones, sin demostraciones, sin problemas, sin injusticias, sin mentiras, sin escándalos, sin preocupaciones, sin nada más que nosotros. Es cuando más lo quiero, y cuando más lo disfruto. Porque él, hace que quiera pasarme la vida imaginando, recordando, pensando, deseando, queriendo, necesitando, a él, solo él. Y no hay nada mejor que él, que estar con él, hablar con él, callar con él, pensar con él, mirar con él, soñar con él, esperar con él. Con él, su mirada y su sonrisa, y todo lo que él, significa para mí.

Juré no creer en el amor para no sufrir más de lo que he sufrido. Y vos hiciste que creyera en todo lo que jamás creí. Son sensaciones que jamás había sentido y no quiero perderlas, quiero mirar el cielo con vos y contar juntos las estrellas. Creeme si pienso que te pierdo todo se derrumba.

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no se atreve a cambiar el color de su vestimenta o bien no conversa con quien no conoce. Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones, justamente estas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados. Muere lentamente quien no gira el volante cuando está infeliz con su trabajo, o su amor, quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida, huír de los consejos sensatos. Vive hoy. Arriesga hoy. Hazlo hoy. No te dejes morir lentamente. NO TE IMPIDAS SER FELIZ.

Alguien que me sepa escuchar y que se de cuenta cuando estoy mal, alguien que me extrañe aunque hayamos pasado juntos todo el día, alguien que me invite a conocer esa vida que siempre imaginé, alguien que quiera vivir todo de a dos, alguien que note lo que siento solo con mirarme, alguien que solo por mí deje todo lo demás, que elija estar CONMIGO aunque tenga otros planes. Que llegue a sentir que antes de mí, ninguna otra existió, que sus amigos estén cansados de escuchar mi nombre, alguien que me escriba las cartas más lindas, a pesar de tener fea letra, faltas ortográficas y que solo tengan dos renglones; alguien que se mate por mí y a veces quiera matarme, que se convierta en la persona más dulce del mundo de vez en cuando, que haga de un día normal el más maravilloso de mi vida, alguien que solo me abrace cuando tenga frío y me llame para desearme buenas noches, alguien que piense en mí más de lo que lo acepta, alguien que sienta que se cae el mundo si discutimos, que agote conmigo toda su dulzura, que me haga reír hasta llorar y por sobretodas las cosas, tenga claro lo que siente por mí. Alguien que me transforme en la chica mas histérica, celosa y pesada del mundo entero, e igualmente me quiera así; alguien que diga que todas esas canciones de amor, lo hacen acordar a mí, aunque sea mentira; alguien que me diga que estoy hermosa aunque todavía no esté del todo despierta, que me diga que le doy los mejores besos del mundo, aunque haya habido otra mejor, que me diga que tengo los ojos más lindos, aunque sean iguales a todos los demás, alguien que piense que estoy equivocada y me diga: Sí tenes razón, solo para dejar de pelear; solo quiero a alguien con quien pasar 5 hs. pegada al teléfono, y no se canse de escucharme, alguien que me haga sentir la chica más afortunada de todo el universo solo por tenerlo a él, alguien que me saque el mal humor y me haga sonreír a pesar de que esté mal, alguien que de vez en cuando se siente a leer todas mis cartas y mirar todas mis fotos, alguien que cuente los días que pasamos juntos, que me haga cosquillas y siga a pesar de mis gritos; alguien que me haga las mejores escenas de celos, sabiendo que para mí es el único, alguien que haga que vuelva a casa 7:30 y no a las 6, como dijo mamá; Que ame cada centímetro de mí, que me ponga histérica y me haga gritar y luego, terminar besándonos. Alguien que además de ser mi hombre, sea mi AMIGO. Que de verdad sienta lo que dice que siente por mí, solo quiero a alguien que no me haga sufrir, que no me cambie por NADA y me haga olvidar de todo lo demás.

Justo cuando llegaba al final de mi camino, donde pensaba caer de un precipicio para no mirar adelante, y tampoco para atrás. No encontraba distracción alguna, ni el calor para este estado tan poco abrazado. Cansada de los mismos paisajes, de las mismas sensaciones de nada. Cuando solo sentía mi cuerpo cada vez más pesado. Cuando pensaba no sentir más mis sentidos, ahí, justo ahí: VOS. (Y rotaste mi vida) .

Pero cuando creemos que todo se termina, cuando creemos que todo está perdido, siempre se abre una ventana. Como si nos escucharan, como si todo estuviera perfectamente planeado para que las personas no se rindan ni se den por vencidas. Como si existiera una conspiración entre planetas, soles y lunas para que las personas cuando se caen al río no se queden sumergidos en él, abriéndose a su paso esa ventana, esa salida que se abrió con un nombre, y yo simplemente atiné a llamarlo: Él. No hubo reemplazo, no hubo un cambio. Simplemente una persona más se unió a mi camino, y comenzó a caminar conmigo, dándome su mano y dándome un espacio. Compartiendo sus cosas con las mías. Compartiendo su vida. Consejos ante problemas. Sonrisas ante lágrimas. Apoyo frente al llanto. Miradas cómplices. Nuevos códigos, nuevos momentos. Charlas hasta altas horas de la noche. Risas continuas sobre cosas chiquitas e insignificantes, pero que con él tienen un sentido especial. Él simplemente apareció, para verme crecer. Él estuvo conmigo, así me lo hizo sentir y me lo hace sentir todos los días de mi vida, desde la mañana a la noche. Sus retos, sabios y correctos, aparecen de vez en cuando para hacerme notar algo que estoy haciendo mal. Sus felicitaciones me hacen recordar que estoy por el camino adecuado, tratando de hacer las cosas bien. ¿Cómo agradecerle a la vida esta persona que nos puso en el camino? ¿Cómo contradecir al destino si este viene con personas tan valiosas, como lo es Él? ¿Cómo querer cambiar algo de mi vida, si hoy soy feliz? ¿Cómo cuestionar la existencia de alguien superior que siempre nos pone cosas buenas en el camino? La vida todos los días te cruza con personas, que hay que cuidar, que hay que retener y valorar. Uno sabe quienes son esas personas que te van a acompañar siempre. Uno sabe quien vale la pena y quien no. Uno sabe a quien querer y a quien no. Uno sabe a quien ayudar y a quien obviar. ¿Cómo puedo hacer para describir semejante amor incondicional que recibo todos los días de parte de Él? ¿Cómo explicarle el hecho de que contribuyó tanto en mí, que hoy ya forma parte de mi misma?

Búscame, como antes hacías. Encuéntrame y déjame preguntarte, con los ojos hinchados de extrañarte de una manera tan irracional, si no me quieres. Si nunca me has deseado como si te fuera la vida en ello. Si al mirarme no sentías a tu alma volcarse en el infinito de un color, empaparse de la dulzura del no poder apartar los ojos de mí, erizarse al sentirse unida a la mía. Déjame preguntarte si no te refugiaste en mi aliento aquel día y si no te estremeciste cada vez que mis roces elegían tu cuerpo. Si nunca has querido levantar el rostro y mirarme de frente, emergiendo ante lo soñado, borrando mi boca al acariciarla tantas veces como tu temblor te lo permitiría, combatir mis ganas con las tuyas, regalarme tus manos y tu azul y borrar la herida que causó el silencio. Contéstame, y dime por fin que eres real, que eres un sueño con fundamento, que podré tocarte sin miedo a que te evapores. Que no tendré que temer cuando abra los ojos. Que te encontraré a mi lado.

Es curioso cómo siempre consigue arrancarme una sonrisa. No puedo evitarlo, se me dibuja en la cara sola. Y mejor todavía, me ilumina el corazón. Hay sonrisas falsas, que sólo manipulan el rostro. Pero no consiguen engañar a nadie, la sonrisa de verdad no se ve en los labios. Se ve en los ojos, que brillan de repente. Es extraño; por muy mal que vayan las cosas, por mucho empeño que ponga yo en estar enfadada o triste, siempre aparece esa sonrisa. Siempre aparece esa persona que consigue arrancármela. Que consigue robármela. Y hacía mucho que no sonreía de esta manera. Hacía mucho que los motivos para estar seria eran mucho más fuertes, hacía mucho que nadie conseguía derribar mi protección a prueba de robos. Y ahora ya no estoy segura de si ha vuelto la sonrisa o me la han robado. La cuestión es que me gusta sentir esa luz en mis ojos. Me gusta sentir el corazón brincando en el pecho. Me gusta sentir el aleteo de mi alma. Y me gusta sentir que vuelve a haber un siempre. Aunque para mí el siempre no sea más que un continuo por ahora. Pero hay que ver cómo me gusta este por ahora. Cómo me gusta mi sonrisa. Y la tuya.

Despues de ti no hay nada MAS

Despues de ti no hay nada MAS

Cuando pienso que el mundo es frio, triste y cruel, aparece alguien como vos y arruina todo GRACIAS!

Empezaron a atormentarme una serie de reflexiones que no se me habian ocurrido antes

Empezaron a atormentarme una serie de reflexiones que no se me habian ocurrido antes
no sabia que me proponia a herirlo tan despiadadamente

Esta actitud puede parecer una locura, pero se verá hasta que punto estuvo justificada...

Esta actitud puede parecer una locura, pero se verá hasta que punto estuvo justificada...
Tambien el parecia estar solo

No pasa nada, estoy mas normal que nunca y SIEMPRE escucho esta cancion

No pasa nada, estoy mas normal que nunca y  SIEMPRE escucho esta cancion
El amor es como las plantas, necesita agua, luz, y muchos cuidados

Hablas y no te escuchas, deberias aprender que esto no se basa de pretextos

Hablas y no te escuchas, deberias aprender que esto no se basa de pretextos
Es que no existe modo de perderme en tus silencios cuando callas ese te quiero

Y llegaste tu y me has inundado mi alma de tranquilidad

Y llegaste tu y me has inundado mi alma de tranquilidad
Me has llenado el corazon de vida

Si te sientes perdido con tus ojos no has de ver, hazlo con tu alma y encontraras la calma

Si te sientes perdido con tus ojos no has de ver, hazlo con tu alma y encontraras la calma
Siento del viento celos por acariciar tu cara cada mañana