sábado, 27 de febrero de 2010
Es increíble como puede cambiarte la vida en tan sólo un segundo, como puede cambiar tu forma de ver las cosas, y tu opinión sobre todo aquello que te rodea. Si retrocedemos seis, apenas seis meses atrás seguramente no sería quién soy ahora, y seguramente no estaría escribiendo ahora mismo ésto. Después de todo puedo decir que ha servido para algo el pasarlo mal (viéndolo desde el lado positivo), porque he aprendido cosas que únicamente te das cuenta de ellas cuándo te ocurren. Siempre he sido una persona positiva (hasta en los peores momentos), animándome a pensar que siempre todo 'va a ir bien', aunque después en algunas ocasiones sea al contrario. Nunca dejé de creer en todo aquello que realmente me importaba, pero sobretodo nunca dejé de creer en mí. Es sorprendente el poder que posee el pensamiento, y el efecto que causan en uno mismo. En el fondo las palabras no sirven de nada, porque son pasajeras, pero si es cierto que algunas hieren al igual que otras son mágicas. Pero, ¿qué puede haber más mágico que saber que no estás sola? Es gratificante saber que hay alguien que lo arriesga todo (y cuándo digo todo no excluyo nada) por tí, y que vela en todo momento por tu felicidad. Simplemente por el hecho de saber que hay personas así merece la pena ser feliz. Sinceramente no sé como agradecer todo lo que han hecho por mí, porque nada basta para expresarlo. He revivido (por así decirlo), y he recuperado toda esa ilusión perdida. Dicen que hay veces que sientes que vuelves a nacer, y que todo empieza de nuevo otra vez, pues éso mismo es lo que siento. Desde ahora todo será diferente, no sé si bueno o malo, pero sé que pase lo que pase siempre habrá ésa esperanza que recorre libremente cada parte de mi corazón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario